domingo, 29 de enero de 2012

Poesía 1979-2004 (Pere Rovira)

Poesía (1979-2004)

Pere Rovira

DVD, Barcelona, 2011




Si tomamos el prólogo del libro de Pere Rovira como ideario o programa vital, veremos que el autor cumple ampliamente en su obra lo que anticipa y promete en el preámbulo. Dice en él: “No hay que tener prisa ni por empezar un poema ni por terminarlo”. Pere, que es hombre de palabra, lo cumple: cinco libros en treinta años vienen a demostrar que el autor se toma su tiempo (y, por ende, el de sus pacientes lectores) a sabiendas de que el tiempo también lo toma a él. Obra poco extensa, dirán quizás algunos. Intensa, en cualquier caso.

Quien lo conozca siquiera un poco, sabrá que Pere abomina del calificativo de artista (depositario de no se sabe qué dádiva divina) en favor del adjetivo más terrenal y utilitario de artesano. Los carpinteros hacen sillas para que nos sentemos a descansar de la vida, lo mismo que Pere hace poemas para que la vida nos canse menos. O para que nos detengamos a contemplarla en toda su plenitud un instante siquiera.

En Pere se cumplen -y se confunden- las dos máximas que todo poeta desearía para sí: “escribe como vives” y “vive como escribes”. Poesía y Vida paseando muy juntas por los campos de Lleida, como dos hermanas siamesas, mejilla con mejilla, sincronizando el paso.

Cuando la mayoría de los poetas sólo tienen lectores (y eso con suerte, claro), Pere logra el más difícil todavía: tener confidentes, que es la categoría más elevada de lector que acaso pueda existir. ¿Por qué? Porque el éxito moral en la poesía de Pere Rovira consiste en que retrata siempre una experiencia humana muy próxima y verosímil de manera cordial y honesta, sin ningún tipo de afección ni de artificios innecesarios. Los poemas de Rovira invitan a ser habitados: son confortables y cálidos a pesar de que, a veces, muestren la cara menos amable de la vida.

Vitalista e inteligente, y por ello inevitablemente escéptico, Pere Rovira es -a pesar de todo- un epicúreo que a veces se viste con los hábitos de un senequista, un hímnico que a ratos escribe elegías. Esa serena persecución de las bondades trascendentales (el apego a la amistad, el amor hacia las personas, los paisajes o las cosas) convierte su poesía en una suerte de larga conversación de sobremesa entre autor y confidente después de haber comido y bebido con deleite la vida.

En la poesía de Pere concurren, por sólo citar algunas, un par de paradojas maravillosas: la primera es que, siendo la suya una poesía que a menudo retrata el transcurrir del tiempo, termina por ser una poesía intemporal y -por tanto- ajena a las modas. La otra es que sus poemas están tan trabajados desde un punto de vista formal que, contradictoriamente, no lo parecen: son poemas que están hechos como de una sola pieza, sin costuras ni dobleces. Conseguir sólo estas dos cosas, como bien sabemos, es dificilísimo.

Creo que fue Eliot quien dijo que la tradición no se hereda; y que si uno quiere hacerla suya debe invertir un gran esfuerzo. Esto, que parece una obviedad, a veces se nos olvida. Pere Rovira ha cimentado su obra en base a una tradición muy personal que maneja magistralmente y que retroalimenta toda su poesía: una tradición que va desde Horacio hasta Jaime Gil de Biedma pasando por Verlaine y por Antonio Machado, por sólo citar algunos nombres.

La visión más conservadora acerca de la tradición tiende a ver en ella algo que mantener y acatar acríticamente. Sin embargo, la vitalidad de la tradición en la poesía de Pere Rovira depende de su capacidad renovadora, aunque manteniendo los cánones estéticos o filosóficos tradicionales. Rovira escribe desde la tradición porque no puede hacerlo de otra forma: en ella ha crecido y desde ella innova y se desarrolla. Así que tradición como entidad viva y orgánica y no como se la tiende a contemplar: como una gran y vieja estatua inamovible.

Los poemas de Pere mantienen un equilibrio entre la profundidad y la ironía. Equilibrio, por otra parte, difícil de conseguir, puesto que la tendencia habitual es irse a los extremos y terminar escribiendo poemas o bien excesivamente sentenciosos o bien tremendamente cínicos. Esto, afortunadamente, no ocurre. Pere retrata muy hábilmente el sentimiento de pérdida y de fracaso y lo hace de una manera lúcida, sin caer en los grandes aspavientos existencialistas.



Jesús Jiménez Domínguez

jueves, 26 de enero de 2012

Los rezos secretos (Luljeta Lleshanaku)





LOS REZOS SECRETOS
(POR LULJETA LLESHANAKU)

En mi familia
las oraciones se rezaban en secreto,
suavemente murmuradas bajo las mantas
y la congestión nasal,
un suspiro antes y un suspiro después
como finos apósitos esterilizados.

En el exterior de la casa
había una escalera de madera
apoyada todo el año contra la pared,
lista para reparar en agosto las tejas antes de las lluvias.
Nunca ningún ángel la subió
y ningún ángel la bajó,
sólo hombres que sufrían de ciática.

Se rezaba para tener un vislumbre de Ellos
en la esperanza de poder renegociar los contratos
o postergar los plazos.

"Señor, dame fuerzas", decían,
puesto que descendían de Esau
y tenían que contentarse con la bendición
concedida por Jacob,
la bendición de la espada.

En casa, rezar se consideraba una debilidad
lo mismo que hacer el amor.
Y al igual que hacer el amor
seguía después la larga
noche fría del cuerpo.


[Versión al castellano: Jesús Jiménez Domínguez]

lunes, 23 de enero de 2012

Dialéctica (Edvard Kocbek)



DIALÉCTICA
(POR EDVARD KOCBEK)

El constructor derriba casas,
el médico fomenta la muerte
y el jefe de bomberos
es el cabecilla secreto de los pirómanos.
Así de claro lo dice la dialéctica
y la Biblia nos lo repite:
los que están arriba volverán a estar abajo
y los últimos serán los primeros.

El vecino tiene en casa una escopeta cargada,
un micrófono debajo de la cama
y una hija que es una confidente.
Al primer golpe el vecino se viene abajo,
falla la conexión del micrófono
y la hija termina confesando.
Todo el mundo se disfraza de cordero
cuando se adentra en la cueva del cíclope.

De noche escucho la música destartalada
proveniente de la carpa del circo.
Los sonámbulos caminan sobre el alambre
balanceándose con temblorosos brazos
y sus amigos les gritan desde abajo
para liberarlos del sueño.
Porque todo lo que sube tiene que bajar
y al que duerme déjenlo dormir profundamente.


[Versión al castellano: Jesús Jiménez Domínguez]

viernes, 20 de enero de 2012

Gracias por recordarnos (Dana Gioia)



GRACIAS POR RECORDARNOS
(POR DANA GIOIA)

Las flores que recibimos por error,
firmadas con un nombre que no conocíamos,
se están marchitando. ¿Qué deberíamos hacer?
Nuestra vecina asegura que no son para ella,
y nadie cumplirá años en los próximos días.
Debemos agradecer a alguien la equivocación.
¿Y no será que uno de los dos tiene una aventura?
Al principio nos reímos, pero luego titubeamos.

El lirio fue el primero en morir,
envuelto en un perfume dulzón
y persistente. Luego las rosas
dejaron caer un pétalo al mismo tiempo,
y ahora los helechos se están secando.
La habitación huele a funeral,
pero ellas permanecen en la casa,
acusándonos de algún pequeño delito,
como el amor olvidado, y no podemos
tirar un regalo que nunca hemos tenido.


[Versión al castellano: Jesús Jiménez Domínguez. Revista de poesía Isla de Siltolá, nº 5-6, Sevilla, 2011, pag. 103]

sábado, 14 de enero de 2012

Un poema de la antología "Winnipeg"


CUERVO CON UN COLLAR EN EL PICO

Esto fue el tiempo en nuestro pecho:
un asunto de bisutería, un collar
con muy pocas cuentas
y todas restas.

¿Cómo llamar ahora ojo al ojo,
graznido al graznido,
negro a lo negro y no temer
que acuda el cuervo entero?

Decir lo impostergable
con todas sus sílabas,
con todas sus cadenas.

Un cuervo con un collar en el pico
levantando el vuelo.

¿Y ahora? La muerte:
se nos fue la vida en ella.


[Poema mío perteneciente a la antología Winnipeg: poesía chileno española contemporánea (Ediciones Santiago Inédito, Santiago de Chile, 2011). Con poemas de Horacio Eloy, Hugo Quintana, Guillermo Rivera, Sergio Rodríguez Saavedra, Carlos Solá, Francisco Véjar, Marcelo Velmar, Enrique Winter, Jordi Doce, Luis Luna, Andrés Neuman, Manuel Panizzo Vanbossel, Benjamín Prado, Abel Santos y Jesús Jiménez Domínguez].

miércoles, 11 de enero de 2012

Algo de la poesía del 2011



1- El fugitivo, Jesús Aguado (Vaso Roto).
2- Deshielo a mediodía, Tomas Tranströmer (Nórdica). Traducción de Roberto Mascaró.
3- Tierra inalcanzable, Czeslaw Milosz (Galaxia Gutenberg). Traducción de Xavier Farré.
4- Folclore íntimo, valter hugo mãe (Vaso Roto). Traducción de Martín López-Vega.
5- La adoración, Juan Andrés García Román (DVD).
6- Calima, Lêdo Ivo (Vaso Roto). Traducción de Martín López-Vega.
7- Sobras completas, Dolan Mor (Editura Academiei Internationale Orient-Occident).
8- La gruta de las palabras, Vladimir Holan (Galaxia Gutenberg). Traducción de Clara Janés.
9- La escuela de Wallace Stevens, Harold Bloom (Vaso Roto). Traducción de Jeannette L. Clariond.
10- Las siete edades, Louise Glück (Pre-Textos). Traducción de Mirta Rosenberg.

domingo, 8 de enero de 2012

Vida familiar (Ingemar Leckius)



VIDA FAMILIAR
(POR INGEMAR LECKIUS)

En las largas y lluviosas noches de invierno, cuando el viento aúlla fuera, mi mujer y yo jugamos a las cartas. Jugamos en completo silencio, apostando nuestros cuerpos.

Una media hora más tarde, considero que ya he perdido bastante y me levanto con calma, diciendo: "No juguemos más. No me queda nada que apostar. He perdido todo el exterior de mi cuerpo”. El interior deseo conservarlo.

Pero mi esposa no lo consiente. Con amenazas me obliga a proseguir con el juego. Dejamos de jugar cuando pierdo el cuerpo entero. Sólo mis enfermedades ­-dolores de cabeza, resfriados y fiebres- están en mi lado de la mesa. Son noches, en verdad, bastante tristes.


[Versión al castellano: Jesús Jiménez Domínguez]

jueves, 5 de enero de 2012

La historia (Dan Pagis)

LA HISTORIA
(POR DAN PAGIS)

Una vez leí una historia
sobre un saltamontes de un día de edad,
un verde aventurero que al anochecer
fue engullido por un murciélago.

Después el búho viejo y sabio
pronunció un breve discurso de consuelo:
también los murciélagos tienen el derecho a la vida,
y quedan por ahí muchos saltamontes todavía.

Después llegó
el final: una página en blanco.

Cuarenta años han pasado.
Inclinado sobre esa página vacía
aún no tengo la fuerza necesaria
para cerrar el libro.


[Versión al castellano: Jesús Jiménez Domínguez]

lunes, 2 de enero de 2012

Tú, yo y el mundo (Werner Aspenström)



TÚ, YO Y EL MUNDO
(POR WERNER ASPENSTRÖM)

No preguntes quién eres ni quién soy
ni por qué todo es como es.
Permite que los maestros traten esto,
para eso se les paga.
Coloca la balanza de casa sobre la mesa
y deja que la realidad se pese.
Ponte el abrigo.
Apaga la luz al salir.
Cierra la puerta.
Que los muertos embalsamen a los muertos.

Echamos a caminar aquí y ahora.
Quien calza botas de goma blanca
eres tú.
Quien calza botas de goma negra
soy yo.
Pero la lluvia que cae sobre los dos
es la misma lluvia.


[Versión al castellano: Jesús Jiménez Domínguez]